CELARG

26/05/25.- Este lunes 26 de mayo, la mezzanina de la Biblioteca Isaac J. Pardo del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe Rómulo Gallegos (Celarg) fue el escenario de una significativa conferencia titulada «Haití: 200 años de una deuda injusta». Esta ocasión contó con la participación especial de Camille Chalmers, representante de la Plataforma Haitiana de Incidencia para el Desarrollo Alternativo, quien destacó la memoria histórica, las reparaciones, la restitución y las formas de justicia y resistencia frente a la deuda impuesta al pueblo haitiano.

Durante la conferencia, Chalmers ofreció una profunda reflexión sobre la historia y las consecuencias de la deuda que ha afectado a Haití durante dos siglos. Chalmers habló sobre “la ferocidad de la dominación colonial contra el caso haitiano”, al mismo tiempo que resaltó el papel de “las fuerzas progresistas en la difusión de otras narrativas asociadas a las formas de resistencia y voluntad del pueblo de Haití”.

Rescatando el legado del Comandante Chávez, Chalmers ratificó que actualmente “ha llegado el momento de que el pueblo haitiano salga de su soledad a través de nuevas narrativas y formas de solidaridad y organización internacionalista”.

“En 1825, Francia impuso una deuda a un pueblo que ganó su independencia. El gobierno francés vendió árboles del territorio haitiano e inició un proceso de deforestación para pagar esa deuda. El pago de la deuda representó el 70% de los ingresos de Haití”, apuntó.

Sobre los orígenes de las desigualdades impuestas por los imperios francés, británico y estadounidense contra el pueblo haitiano, Chalmers señaló que “los esclavizados habían creado una cultura contrahegemónica que dio origen a la revolución haitiana. Esa cultura contrahegemónica se fundamentó en la experiencia espiritual y organizativa del cimarronaje”.

“Bolívar habla de la contribución de Pétion a las revoluciones de Nuestra América. En 1825, se avizoraba a Haití como potencia internacional desde el punto de vista político, estratégico y militar”, reflexionó.

“La Revolución Haitiana constituyó un ejemplo antiesclavista global. La revolución haitiana es anticolonialista, antiesclavista, antirracista, busca la igualdad radical e internacionalista, significando una experiencia única y solitaria en su momento”, detalló.

“En el transcurso de nuestra historia, la soledad impuesta por los imperios marca un efecto importante”, refirió Chalmers.

No se puede entender el momento actual si no se reconoce “que todos los imperios —Gran Bretaña, Francia y Holanda— hicieron todo lo posible para cometer una guerra de genocidio en contra de Haití”, expresó Chalmers.

“Como dicen de Venezuela, Haití también representa una amenaza al sistema capitalista”, afirmó.

En este sentido, comentó que “la Revolución Haitiana fue y es silenciada y olvidada. Hay un trabajo por recuperar su ejemplo y dignidad para liberar las tensiones de las luchas actuales”.

“Hoy intentan hacer de Haití un estado caótico e ingobernable”, señalando que “para EE.UU., sería una catástrofe una alianza entre Haití, Cuba y Venezuela”.

“Por eso, EE.UU. envía todos sus esfuerzos para mantener el control absoluto sobre el país. Quieren controlar nuestros recursos y espacios para las ganancias transnacionales”, acotó.

Chalmers comentó que hoy Haití vive una crisis política, institucional, humanitaria y enfrenta pandillas criminales, auspiciadas por el imperialismo estadounidense.

Por ello, en la coyuntura actual son necesarias las “luchas por las reparaciones y la restitución de los recursos robados a Haití; para lograr ese objetivo hace falta una gran movilización internacional de los movimientos”, sentenció Chalmers en su conferencia.

En cuanto a las formas organizativas de resistencia del pueblo haitiano, Chalmers destacó el papel protagónico que han tenido las organizaciones de autodefensa en el territorio, así como las brigadas internacionalistas de Brasil y Cuba. En su intervención, subrayó las expresiones de solidaridad que manifestaron los presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez Frías.